Aunque el baloncesto comenzó
a practicarse en Cuba en los albores del siglo XIX no llegó
a contar con arraigo popular hasta después del triunfo
revolucionario en 1959. Su práctica se limitaba, en lo
fundamental, a clubes de la capital.
Salvo alguna que otra excepción no hay datos acerca de
que fuera de La Habana este deporte echara raíces mediante
la celebración de campeonatos.
Entre las excepciones se cuenta a Bejucal, un poblado -hoy territorio
de la provincia La Habana- conocido por sus tradicionales festividades
que se remontan al siglo XVIII. En la conocida "Ciudad
de las Charangas" fueron organizados campeonatos que eran
seguidos con marcado interés.
La práctica del básquet entre las mujeres se inició
después de 1930 pero de forma muy limitada, aunque un
inexperto equipo asistió a la irrupción de ese
deporte en los III Juegos Centroamericanos y del Caribe, en
San Salvador'35.
La primera presencia de un quinteto masculino en competencias
de alto nivel, se produjo en los Juegos Olímpicos de
1948, en Londres, adonde llegó un elenco con más
anhelos que posibilidades. Entre sus nómina destacaban
jugadores como José Llanusa, Fabio Ruiz y Mario Quintero,
este último de pequeña estatura, pero con excepcionales
dotes en el dribling y un buen defensa en sentido general.
En la capital inglesa nuestros basquetbolistas pasaron inadvertidos.
El debut estuvo signado por sucesivas derrotas ante rivales
de mayor nivel de calidad.
Después de un lapso de magras actuaciones, todo comenzó
a dar un vuelco a partir de 1970 cuando Cuba alcanzó
resultados que la ubicaron en la cima del mundo, diríamos
durante los cinco años siguientes.
El equipo masculino logró saldos muy positivos que tuvieron
su mayor alcance con la medalla de bronce en las Olimpiadas
de Munich'72. El salto se había originado en las Universiadas
de Turín'70, donde conquistaron la tercera plaza tras
vencer dramáticamente en el partido final a la selección
de Italia.
El desenlace no pudo ser más tenso. Con el encuentro
igualado a 65 puntos, casi al finalizar el tiempo reglamentario,
un árbitro decretó foul sobre Ruperto Herrera,
quien marcó el segundo de los dos tiros libres para sellar
el triunfo antillano.
Otros momentos significativos también acontecieron por
entonces: el equipo masculino venció a Estados Unidos
en los Juegos Panamericanos celebrados en Cali'71 y por única
vez en la historia el país norteño se quedó
sin acudir a una final en las lides del continente.
Importante fue el segundo lugar en el Festival Mundial en Perú'73,
y la merecida cuarta posición en el Mundobasquet puertorriqueño
de 1974.
La necesaria renovación en las siguientes dos décadas
no posibilitó que nuestros quintetos se mantuvieran en
la cima. Poco a poco fueron cediendo terreno hasta resultarles
harto difícil luchar por una medalla en los certámenes
del área, donde por cierto, históricamente se
ha jugado buen baloncesto sobre todo en Puerto Rico, México,
Panamá o República Dominicana.
En cuando al desarrollo del baloncesto entre las mujeres los
resultados, aunque no tan espectaculares, muestran una estabilidad
aceptable.
Para ellas el despegue comenzó con la conquista del título
en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Panamá'70.
Atrás quedó una hegemonía mantenida por
México durante 35 años y pasó a las cubanas,
quienes la ostentan en la actualidad.
Veinte años después de aquella victoria en Panamá
otra generación de jugadoras logró la mejor actuación
de la historia para un quinteto femenino cubano: Tercer lugar
en el Campeonato Mundial en Malasia'90.
En Juegos Panamericanos se han alzado con sendos triunfos en
las lides en Puerto Rico'79 y Winnipeg'99, tras derrotar en
ambos torneos a los fuertes equipos de Estados Unidos. Si de
actuaciones memorables se trata no puede pasarse por alto la
victoria en el certamen Preolímpico realizado en La Habana
con vistas a la cita en Sydney. La ocasión fue propicia
para que Cuba derrotara de forma espectacular a Brasil en el
juego decisivo.
Entre las figuras estelares pueden citarse a Leonor Borrell,
Yamilé Martínez, Margarita Skeete, Sonia de la
Paz, María Luisa Serret, María Elena León
y muchas más que harían interminable la relación.
En el plano nacional los torneos Desembarco del Granma devienen
principales espectáculos entre las damas, mientras que
los hombres se enrolan cada año en la Liga Superior,
donde intervienen cuatro equipos en una porfía de larga
duración que se extiende por lo regular desde septiembre
hasta diciembre.
La selección ideal del basquet en todos los tiempos la
integran Ruperto Herrera como delantero; los pivots serían
Alejandro Urgellés (mejor anotador de la clasificatoria
en el campeonato mundial de 1974), y Pedro Chappe (elegido como
mejor centro de los torneos preolímpicos); en la posición
de defensas, Rafael Cañizares y Leonardo Pérez.
Estos cinco ases tendrían sus mejores desempeños
si fueran dirigidos por Carmelo Ortega con Ernesto Díaz
como asistente.
De la ilustre relación, Urgellés y Chappé
fallecieron; Herrera preside la Federación Cubana de
Baloncesto, mientras Cañizarez y Pérez se mantienen
vinculados al deporte al ejercer como entrenadores; Carmelo
se encuentra jubilado y Díaz presta sus servicios en
Guatemala.
En la actualidad las mujeres están empeñadas en
mantenerse entre los diez mejores equipos del planeta, mientras
que el compromiso de los hombres es superior, porque, justo
es reconocerlo, han perdido mucho terreno en el contexto internacional
y el nivel que poseen anda muy distante del que hoy día
exhiben decenas de países en todos los confines.
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